Maternar y emprender es una cosa maravillosa (maravillosamente complicada 🤷♀️). Dejamos la relación de dependencia para poder estar más tiempo con los enanos, pero no sabíamos que nos estábamos metiendo en la boca del lobo.
Trabajar con nuestros hijos jugando alrededor, tironéandonos los pantalones para que les hagamos upa y rogando que la siesta de la tarde dure 6 horas no es tarea fácil. Pero tampoco es imposible. Existe mucho de mito y también de realidad en esto de ser una madre emprendedora.
Mito: voy a trabajar mientras mis hijos están en el cole y después pasaremos tiempo de calidad juntos. Realidad: Son las 8 de la noche, sigo trabajando, los chicos no se bañaron y tengo que pensar en la cena.
Es cierto que podés estar disponible para cualquier evento del jardín o escuela, enfermedad o mínima necesidad que la bendición presente. Pero también es una realidad que es más fácil echarle la culpa al malvado jefe que no nos deja estar presentes que convertirnos nosotras mismas en las malvadas que ponen límites y dejan a los chicos para trabajar. La culpa, que hermoso sentimiento (dijo nunca nadie 😒). Para nosotras la verdad de la milanesa es esta:
Amamos emprender y ser mamás, pero sin planificación y límites no vamos ni a la esquina. Dedicarle a cada ámbito su espacio en el día a día es ideal para que tanto los hijos como el trabajo tengan su lugar.
El hecho de tener la posibilidad de trabajar desde casa hace que todo se mezcle (👋 hola pandemia). Por eso el orden en las tareas es fundamental. Todo tiene que estar calendarizado y agendado. Cuando decimos todo es TODO. Por ejemplo: lavar la ropa, hacer la comida, llevar los chicos al pediatra, etc. Cuando trabajabas fuera de tu casa, no podías poner el lavarropas en medio de una reunión. Pero como ahora es posible, lo haces e interrumpís tu trabajo diario para tareas domésticas o jugar con los chicos. Lo ideal es que cada tarea tenga su espacio y que las agrupes por bloques. Por ejemplo: por qué pasarte 2 horas por día cocinando almuerzo y cena, cuando podés aprovechar para hacer la comida de toda una semana en 1 sólo día. Armas menú, freezas y después calentás. Lo mismo con tu trabajo, las tareas repetitivas agrupalas para ser más productiva (si querés leer más sobre este tema andá a la nota 3 hábitos para mejorar tu productividad).
Es necesario poner límites, tanto a tus hijos como a tu trabajo. Cuando tu casa es tu oficina es muy usual encontrarte trabajando a cualquier hora de la noche. Tenés que saber hacer el corte. Así mismo, si es momento de trabajar y tenes a los chicos en casa podés buscarles alguna actividad para hacer mientras vos trabajas. Esto no aplicaría en bebés y niños muy pequeños que son más dependientes. En ese caso hay que aprovechar a tu mejor aliada: la siesta.
Ser realista con lo que podemos y no podemos hacer también es una gran virtud. De esta forma evitás frustraciones y planificás mejor tus tareas. En caso de que el tiempo que tengas para invertirle a tu emprendimiento sea muy acotado podes optar por:
Automatizar: lo máximo que puedas con apps o programas.
Delegar: requiere otra inversión pero es una forma de poder avanzar y escalar tu negocio.
Sabemos que en ocasiones añoras la disponibilidad de tiempo pre maternidad, pero hoy tus hijos son un motor mucho más potente que te impulsa a cumplir tus sueños.🚀
¿Cómo es tu experiencia como mama emprendedora?
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